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Todo en Casa de María invita al silencio y a la contemplación. Su belleza es provocativa...el colorido de sus árboles y de sus plantas y la armonía de sus instalaciones que fueron construídas con materiales nobles, respetando la proporción divina y la luz.
Sí, Casa de María comunica algo muy especial que la persona intuye como algo sagrado y potente que lo invita a adentrarse.
La belleza y la simplicidad del lugar se conjugan para manifestar valores eternos que se dejan contemplar y se entregan generosamente. Quienes los buscan, los encuentran en su propio interior y pueden reconocerlos también en los otros.
Definitivamente Casa de María es un lugar de gracia y de mucho amor.
Inés Ordoñez de Lanús